Con una misa de acción de gracias Impronta celebró su tercer aniversario. Hace tres años que una idea se materializó en estatutos, en plan estratégico y en unas primeras acciones.
Frente a una Venezuela agotada del modelo de repartición a cambio de dignidad, desde Impronta no han pretendido resolver los problemas de nadie, sino acercar a los más vulnerables a oportunidades que les permitan dar lo mejor de sí, independientemente de donde o en qué condiciones les tocó crecer.
Impronta es como un tren que pasa frente a la casa de muchos. Es decisión de cada quien tomar o no ese tren, esa oportunidad. En este tiempo han visto a jóvenes descubriendo sus talentos, conscientes que son ellos quienes deben esforzarse en desarrollarlos, pulirlos, aprovecharlos. Saben que una de las condicionantes de la pobreza es que pasan por sus hogares, sus comunidades, así que allí enfocan su tarea.
Felicidades por su 3er aniversario.